¿Qué tal? ¿Cómo va esa semana? Hace un par de semanas os propuse evaluar nuestros hábitos alimenticios y modificar aquellos menos saludables. Mi reto era beber más agua, no picar entre horas y no comer comida precocinada ¡Os voy a contar qué tal me ha ido!
Lo más complicado para mí ha sido aumentar mi consumo de agua. Soy muy despistada y siempre que llevaba una botella de agua en el bolso acababa perdiéndola a lo largo del día, y ya no podía obligarme a beber aunque no tuviese sed. Pero poco a poco he ido mejorando. Bebo un vaso de agua al levantarme y a lo largo del día tomo té e infusiones (también son agua); de ésta manera he conseguido beber más agua en mi día.
El siguiente punto: no picar entre horas. ¡Ésto es tan difícil! Me encanta comer y casi siempre tengo hambre, pero he conseguido controlarme un poco estos días. Mi truco: cada vez que tenía hambre comía un chicle. Esto me hacía pensar que estaba comiendo y aplacaba la ansiedad.
En cuanto a la comida precocinada ¡lo he conseguido! Desde que me propuse el reto ningún día he comido espaguetis ya hechos, ni pollo o carne con tomate precocinada... Eso sí, he hecho trabajar mucho a mi abuela para tener siempre tappers.
Espero que a vosotros os haya ido tan bien como a mí, y si no es así no desistáis ¡La salud es lo primero! ¡Ánimo!:)
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